¿Qué es la prueba auditiva de detección del gap?

La prueba auditiva de detección del gap: ¿de que estamos hablando?

Nos referimos a algunas de las funciones especializadas del cerebro para procesar los sonidos: percibimos los sonidos con los oídos pero el cerebro es el que escucha e interpreta. Algunas de estas funciones se relacionan con el procesamiento del tiempo: la duración de cada fragmento del estimulo y del estimulo completo ya sea tonal o del habla; las fracciones de tiempo entre los estímulos; la velocidad con que se transmiten y se interpretan los sonidos; la organización en “Trenes” o “filas de estímulos”; las secuencias y la capacidad para almacenarlas, evocarlas y reproducirlas en el momento requerido; la velocidad o tiempo de reacción para emitir una acción ejecutiva o respuesta. Cuando hay fallas en el procesamiento auditivo del tiempo, podemos percibir el habla con cierto porcentaje de distorsión o incluso ser ininteligible, ya que se pierde la nitidez en la escucha.



¿Cómo es la prueba auditiva de detección del gap?

Es un examen que realiza el Audiólogo con el audiómetro, durante el cual solicita al sujeto examinado que escuche atentamente una serie de sonidos e indique pulsando un botón, cada vez que advierta una interrupción o silencio en la presentación del estimulo. A esa interrupción o período de silencio le decimos GAP. Al modificar la duración del GAP se configuran diferentes cadencias de estímulos. La prueba inicia con las cadencias que presentan los GAP de mayor duración y avanza aumentando la dificultad con cadencias que contienen GAP de menor duración. Es normal presentar algunos errores en las primeras cadencias de entrenamiento, pero a medida que la prueba avanza se debe llegar a identificar correctamente el 100% de cadencias con GAP menores de 20 milisegundos.

¿Quien propuso la prueba de detección del gap?

Existen varias versiones de la prueba según el autor que la estandarizó en sujetos normales, pero todas las versiones buscan evaluar la capacidad del cerebro para identificar esas pequeñas interrupciones en los estímulos, que son de muy pequeña duración. Una prueba de procesamiento temporal fue diseñada por  McCroskey en 1980. Musiek y Baran en 1987 publicaron estudios relacionados. En 1989 Divenyi y Robinson, demostraron con esta prueba la predominancia del  hemisferio cerebral derecho en el procesamiento espectral y temporal de la información auditiva, pero que lesiones en el hemisferio izquierdo dominante para el lenguaje, también ocasionan déficit en el análisis y separación espectral auditiva.

Estos autores diseñaron una serie de pruebas no lingüísticas y las aplicaron en varios grupos de sujetos como afásicos y con secuelas de accidentes cerebro-vasculares (ACV). Keith en el 2000, retomó la prueba publicando una versión actualizada (Random Gap Detection Test - RGDT). La prueba RGDT evalúa para las frecuencias 0.5, 1, 2 y 4 kHz el intervalo interestímulo (ms) al cual el oyente es capaz de identificar dos tonos de manera consistente. La evaluación e identificación de los desordenes del procesamiento temporal, fue recomendada por la ASHA (American Speech Hearing Association), en la conferencia de consenso sobre desordenes de procesamiento auditivo para niños en edad escolar, en el año 2000, con la participación de los profesores Musiek F. y Jerger J.

¿Quienes son los candidatos a ser evaluados con la prueba de detección del gap?

Todas aquellas personas que inician un proceso de evaluación del procesamiento auditivo por quejas como presentar dificultad para comprender el habla en ambientes con ruido de fondo o ambientes acústicos complejos por reverberación, como iglesias o auditorios. Son personas que a pesar de presentar resultados normales en la audiometría tonal, refieren: “Oigo pero no entiendo”. La prueba se realiza en el nivel de intensidad de confort o comodidad, generalmente 50 dB HL sobre el umbral auditivo o promedio tonal audiométrico conversacional para la discriminación del habla (PTA). La interpretación de resultados generalmente no se realiza de forma aislada, sino dentro de una batería de evaluación especializada que incluye una historia clínica comunicativa detallada, pruebas audiológicas básicas y otras pruebas complementarias especializadas de procesamiento auditivo.

¿Cuál es la utilidad de la prueba de detección del gap?

Si la prueba se aplica en forma aislada su utilidad es limitada, pero si se utiliza dentro de una batería de evaluación del procesamiento auditivo, puede dar luces para proponer un plan de intervención. La batería debe incluir una evaluación audiológica básica (Historia clínica detallada, otoscopia, audiometría tonal, logoaudiometría monoaural, Impedanciometria incluyendo reflejos estapediales), pruebas electrofisiológicas de potenciales evocados auditivos de corta y larga latencia, y otras pruebas especializadas en procesamiento auditivo, como pruebas dicóticas. Según los resultados obtenidos, el paciente también debe someterse a un examen médico exhaustivo, ya sea con el otólogo o el neurólogo, para descartar un proceso patológico activo y poder iniciar el entrenamiento auditivo orientado a desarrollar las habilidades de procesamiento comprometidas.

Si usted cree que padece un desorden de procesamiento auditivo temporal, programe ya una cita de evaluación, con su Audiólogo de confianza.

Bibliografía

Casaprima V., Jannelli A., Lobo M., Martínez E., Andrea Lizarraga A. (2013). Obtención de valores normativos en la evaluación de la función auditiva central. Rev. Méd. Rosario 79: 73-77. Tomado de: http://www.circulomedicorosario.org/Upload/Directos/Revista/5ebd2fCasaprima.pdf

Divenyi, P.L., Robinson, A. J. (1989). Nonlinguistic auditory capabilities in aphasia. Brain and Language, 37, 290-326.


Fuente A., McPherson B. (2005). Normalización de la prueba “Random GAP Detection” para poblaciones nativas hispanoparlantes. Revista Chilena de Fonoaudiología. Vol6. No.1. Tomado de:  file:///D:/Mis%20documentos/Downloads/49180-697-172801-1-10-20180502.pdf


Fuente Contreras A., Hormazábal Reed X. (2007). Evaluación de la discriminación del habla y resolución temporal en un grupo de adultos mayores hispanohablantes. Revista Chilena de Fonoaudiología. Volumen 8, Nº 1, pág. 35 – 55.


Keith, R. (2000) Random Gap Detection test. Auditec: St. Louis.


Musiek F., Baran J., (1987). Central Auditory Assessment: Thirty years of challenge and change. Ear and Hearing. 8, 228-358.


Snell, K.B. & Frisina, D.R. (2000) Relationship among age-related differences in gap detection and word recognition. Journal of the Acoustical Society of America, 107, 1615-1626.

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